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martes, 17 de junio de 2008

:: ALGO SE MUERE EN EL ALMA, CUANDO UN AMIGO SE VA ::

"Estoy sentada observando... Mi vida pasa y ¿no hay antídoto? No tengo novio y la gente me señala, soy la loca Juana que por amor no murió". Así comenzaba escribiendo hoy una nueva canción. ¿Quién no ha notado este cambio de vida? Ayer cada “finde” salías. No valía ninguna excusa. Quedabas con tus amigas y no existía otra satisfacción que la de tirarte la noche entera en la barra de aquel bar. En tu mundo no existía otra preocupación mayor que la de beber aun estando saciada tu sed, bailar al son de no sé que música porque ni siquiera prestabas atención, tan sólo movías los pies y fijabas tu mirada al frente. Si aquella noche intercambiabas ojitos golosos con algún que otro ser interesante en tu camino, eras la reina, habías triunfado, ¿qué más podías pedir? Llegabas a casa con el ego extrovertido, mas borracha que las ratas y contando las horas que quedan para regresar. Al día siguiente tu boca parece un puré de hospital, no puedes articular palabra, la camiseta ajustada que llevabas para impresionar no dejó regar bien el cerebro y hoy te sientes algo estúpida, deprimida… pero no importa! Tienes que llamar a tus amigas para ver a qué hora quedáis esta noche…! La realidad se escapaba entre tus dedos, vivías tu juventud sin importarte un qué, un cómo, un cuándo y un por qué.

Hoy todo es distinto. La miradita golosa que aquel fin de semana raptó a tu mejor amiga hoy se llama "novio" y parece ser que la historia entre ellos va viento en popa. Hoy prefiere quedarse en su casa viendo una peli. No se lo tengas en cuenta, sólo será un fin de semana… Pero sus planes con el paso del tiempo crecen: Un finde de camping a la montaña, pasar un día en la playa, ir al parque de atracciones, el estreno en cines de una nueva película… Ally déjala, creo que está enamorada. Hablas con ella y le expresas tu dolor pero le dejas claro que cuando él la deje ahí estará tu hombro cuando necesite llorar. Esperas que llegue el momento porque tienes claro que ese tío no le conviene, que sólo está con ella para tirársela y que cuando se canse se irá a buscar a otra lagarta que se lo deje todo fácil.

Estás perdida. Pronto se van a vivir juntos; otro gran motivo por el cuál ya dejarán de salir, esta vez de forma definitiva: bancos, letras a pagar, muebles, supervivencia con los doscientos escasos euros que les quedarán en nómina… Ya sólo te queda probar la opción de colgar un anuncio en el periódico buscando amigas solteras que sean alérgicas al “llamado amor”.

La cosa está jodida. Unos salen cansados de trabajar y no les quedan fuerzas para lo que antes era la milagrosa cerveza rubia que les acompañaba mientras veían el partido de las ocho, otros están apuntados a actividades “extralaborales” para impresionar a su moza y otros directamente están ahogados porque no llegan a fin de mes por culpa de la puta casita en la montaña. Ni dan las horas, ni los euros, ni el papeo, ni la salud. Eso sí, tus ocho horas diarias de currele no han variado desde la movida de los 80 y, el sueldo, tampoco.

La gente ya está espabilada, te adentras en los veintitantos y todos tienen labrado un mediano futuro: una pareja estable, un coche (a poder ser ya pagado) un piso, un trabajo fijo… Tú que toda esta seriedad ya la viviste anteriormente cuando entonces tenías 16 años mientras la única preocupación de tus amigas era tener un póster de Brad Pitt en bolas y ahora, los papeles han cambiado… ¿Qué haces? Has sido responsable toda tu vida y estos tres años de soltera han dado para mucho: lujuria, desenfreno, borracheras descomunales… Te lo has pasado en grande y aún te quedan fuerzas para seguir “la ruta del bakalao”, la vida fácil… ¿Dónde están ahora ellas?

En cuánto a encontrar una pareja estable en el siglo en que vivimos… No me creo alguien distinta a las demás, ni siquiera especial en ningún sentido pero aspiro a ser mucho más que un adorno para el asiento copiloto de un coche. Hoy por hoy, ¿dónde lo encuentras? No sé al resto de personas pero en mi caso y sin aún comprender el por qué o, en qué fallo… Por norma general poco tardan en salir corriendo… Esta cuestión se la pregunté a alguien con quien en su día compartí parte de mi vida, alguien que me conoce bien y su respuesta fue:

“Si quieres que te diga la verdad, eres muy impulsiva y eso puede asustar. A mi me costó asimilarlo. Desde fuera da la impresión de que lo tienes todo muy claro y que eres muy rígida, pero detrás de todo eso se puede apreciar que no es así. Eres una chica un tanto especial y eso es lo que te hace interesante. A los pavos eso nos asusta, supongo que queremos llevar la voz cantante, los pantalones, y demostrar hasta donde llega nuestro ego, pero tu tienes demasiada personalidad y carácter como para permitirlo. Los machitos de hoy en día quieren sumisas, adornos para el asiento del copiloto del coche como tú siempre decías. Todo esto que te digo es lo que te hace única. No haces mal, sino que las demás no lo hacen bien. No fallas, sino impones. En realidad, respecto a lo que me preguntas, creo que para ellos deberías estar en medio, no ser ni una cosa ni la otra, ni fuerte, ni débil.”

Entonces… ¿Cómo debes actuar? Me niego a no ser yo misma para agradar a una persona. Faltaría al respeto a mis principios. No quiero mantener una cita con alguien y estar pendiente de llevar buena postura y un correcto vocabulario. Señores, las rubias también nos tiramos pedos. En mi vida creo haber estado enamorada una vez y es esta misma persona la única que incluso mis propios defectos eran otro de mis encantos. No me considero distinta, pero me niego a ser otra.

Me desvié un poco del tema principal aunque todo en sí va ligado.
RESUMIENDO: Estás más sólo que la una, tus amigos ya no llevan aquella vida de los dieciocho y hoy por hoy es casi improbable encontrar a alguien que realmente merezca la pena.
¿Cómo lo solucionamos?

:: LA MÚSICA; MI VIDA ::

La música, es mucho más que simples acordes. Te hacen marcar una vida. Una sola canción es capaz de hacerte recordar un momento exacto, una época o incluso a una persona. En concursos del palo de "Supervivientes" marcan las horas a través de la situación del sol. Yo divido épocas y tiempos de mi vida a través de la canción.

¿A quien no le ha pasado? ¿Quién no tiene una canción que le recuerde a "esa persona especial", a una época vivida o a un momento exacto que quizás no te marcó tanto en tu vida cotidiana pero por el hecho de estar sonando ese preciso instante aquella melodía en la que si cerrabas los ojos sentías volar, hace ya que ese momento que, a primera vista parecía un "momento cualquiera", se convierta en único? Estás con tus amigas en el coche, sin rumbo, dando tumbos por tu ciudad porque hace una maravillosa tarde de verano, y en el caseto suena esa canción que tantísimas veces has escuchado a lo largo de tu vida pero, hoy es diferente: tus amigas cantan contigo y sonríes… A partir de ahí esa canción va a recordarte ese preciso momento.

Mi vida, aunque parezca una locura está marcada por tracks. Desde momentos en que estás en tu habitación tumbada en la cama con 15 años llorando por aquel chiquillo que te ha partido el corazón, derrochando lágrimas porque ha sido cruel y sin él no puedes vivir pues era el hombre de tu vida y nunca existirá nadie como él… Piensas: Mi vida se acaba, yo quería que fuese el padre de mis hijos… De fondo suena Camela ¡que tiempos! y su canción "Junto a mí": "Su pelo moreno, sus ojos dos estrellas, su cara de luna y su mirar… En mis sentimientos le tengo yo clavado, yo quisiera tenerle junto a mi…" No puedes dejar de derramar litros de agua como una jodía descosida, pero es que… ¡nunca encontrarás a nadie como él! Tu vida ha perdido el sentido que tenía y, seguro que la culpa de todo la tiene la vecina de al lado que estaba celosa y te ha echado un mal de ojo de por vida. ¡Mala arpía!

Pasan los días (tres como máximo) y ya estás enamorada de nuevo. Esta vez no es el chico de la escuela, es el del salón de recreativos de dos calles más abajo. ¡Es tan guapo! Seguro que es distinto a los demás… ¡Me trata tan bien! Esta vez me encargaré de mantenerlo bien escondido para que la pécora de mi vecina no vaya a enterarse y aumente el rango del mal de ojo. ¡A este no me lo levanta ni Dios!

Pasa una semana (la relación mas duradera hasta el momento, esto es serio, el será el padre de mis hijos) y ya estás de nuevo con ese "Junto a mí". Hay que joderse, esa canción te recordará toda la vida a dos personas diferentes, una entró en tu vida en la primera quincena del mes de agosto de 1991 y la otra en la segunda. Pero SIEMPRE, esa canción será la de ellos, exclusivamente.

Todos podríamos hacer un Top-List del 40 al 1 en canciones de nuestra vida: Aquello que sonaba la primera vez que entraste a una discoteca, tu primer amor (y el segundo, y el tercero, y el cuarto, y el quinto… ¡pero cuántos hijos pensabas tener!) tus mejores amigos, el día que te ingresaron por una caída en bicicleta en la que te abriste la cabeza de arriba a abajo y pediste a tus padres un "walkman" para esas infinitas noches en vela, aquel verano del 90 en el que sonaba aquella estúpida canción que decía algo así como "un, dos, tres, un pasito pa´ alante María…" (todos como gilipollas pisándonos por seguir el maldito estribillo).

Señores, reconozcanlo... ¿quien no ha bailado el Saturday Night alguna vez? Quien diga que no, ¡miente! al menos los de mi quinta. Aún lo recuerdo como si fuese ayer: parecíamos auténticos patos sin escrúpulo al ridículo... Lo curioso es que nunca supe el nombre de la cantante pero eso no importaba.

La música es tan sabia que según tu estado de ánimo te apetece escuchar una cosa u otra y a veces es incluso capaz de cambiártelo. Siempre marca un antes y un después en tu historia.

:: ¿EXISTE EL AMOR? ::

¿Realmente existe el amor? ¿O es simplemente acostumbrarte a una persona? ¿Cuestión de rutina? O incluso, ¿miedo a quedarte sólo en el largo camino que traza la vida? ¿Realmente amas tanto a alguien como para dar tu vida por ella?

Pongámonos en situación:

Un empedernido asesino te encierra en una habitación amarrado a una columna junto a la persona que amas. Rocía con gasolina el ambiente, incluyéndoos a vosotros. Coloca una vela enfrente y le da fuego. En cuánto la vela se consuma, sólo veréis llamas. Te obliga a tragarte la llave de las esposas con las que os encadenó. A cambio te presta un cuchillo. Sólo tienes una única opción: Abrirte en canal para sustraer la llave y así, regalarle la vida a esa persona a la que hasta ahora era fácil demostrar tus sentimientos mediante dos simples palabras pero, esta vez, darás a cambio tu vida. La miras a los ojos. En medio segundo recorres con la mente cada momento vivido junto a ella. Los pequeños baches que hicieron vuestro amor más sólido. Aquella sonrisa dibujada en su cara que hacía levantarte cada mañana con fuerza para afrontar todo lo que se te pusiera delante. La primera vez que la besaste. La primera vez que sentiste su cuerpo desnudo abrazado al tuyo mientras las estrellas eran testigos de vuestra unión. Vuestro primer paseo junto al mar. La primera vez que la viste llorar y casi pudiste sentir su propio dolor en tu piel. Recuerdas cada vez que ella te tocaba como si estuvieras hecho de cristal. La primera vez que te llevó el desayuno a la cama o aquel fin de semana que lo pasasteis entero tirados en el sofá. Recuerdas cuántas veces has deseado hacer un perfume con el olor de su piel cuando la sientes lejos. Las veces que has querido envolverla en caricias para pulir cada herida que su pasado dejó. Vuestro primer silencio; aquel que por el hecho de ser el primero resultó algo incómodo y sin embargo, es donde os lo dejistéis todo.

Ha pasado el medio segundo y tienes que elegir. ¿Darías tu vida por ella? ¿Ella te amará tanto que será capaz de pedirte que tires el cuchillo porque quiere morir junto a ti?

Alguien muy cercano a mí y al que quiero con locura un día me dijo que parezco sentirme una princesa de cuento esperando a que mi príncipe me saque de la oscuridad y que mi mundo empezará a ser mundo el día en que éste me bese. No comparto esta opinión aunque quizá tenga razón. No lo sé. Mi primera y única prioridad no es encontrar a la persona amada pero sí se que ésta existe y llegará. No se si será amor o simple costumbrismo, pero la vida es más aprovechable compartiéndola junto a alguien que quizá esté hecho para ti. No puedes prometer lo eterno a ningún mortal. Tampoco pensar que tu pareja se quedará a tu lado por siempre porque quizá él esté buscando la puerta de salida para marcharse. No puedes hacerte dueño de su propia libertad. No puedes engañarte pensando que nadie más será capaz de conquistarle, porque el corazón es el único órgano del hombre incapaz de dominar.

Y tú... ¿Qué serías capaz de hacer por la mujer de tu vida?

Realmente... ¿Existe el amor verdadero o aquella persona con la que te acuestas cada noche es simplemente, el vivo espejo de ti mismo?

Qué es mas grande, ¿el amor propio o el ajeno?

:: LOS CELOS ::

Hace años que esta maldición hizo mella en mí y desde entonces he tratado de racionalizarlo, de pensar en ello. Me considero una persona muy estable en varios ámbitos de la vida, segura de sus decisiones y con una gran fuente de personalidad. Aún no comprendo como esta terrible fuerza va más allá de la razón, llevándonos a la muerte, a la locura o al menos, a la infelicidad.

Los celos son completamente irracionales y no entienden de clases, estatus económicos, profesiones o culturas. Pensad por un momento que un amigo os cuenta que su mujer podría serle infiel. Tu les conoces bien y sabes de lo improbable de esa situación (aunque es cierto que no se puede poner la mano en el fuego por nadie), así que lo razonas, se lo expones a tu amigo y le aseguras que todo es infundado, que no es mas que inseguridad por su parte, que su mujer no es de las que haría algo así. Es mas, imagina que tu amigo previamente fue infiel, su mujer se ha enterado y teme una venganza por despecho, entonces hasta podrías hacerle ver, con toda lógica, que él se ha portado mal y que incluso lo merece, por lo que si ocurriera no tendría derecho a quejarse, y si realmente la quiere, debería aceptarlo y perdonarla. Todo esto está muy bien, es muy lógico y racional, pero tu amigo nunca lo aceptará. Te dirá que sí, porque no puede debatir unos argumentos que sabe que son totalmente lógicos, pero no lo aceptará porque los celos no piensan. Una persona celosa envenenada por este virus mantendrá un eterno debate interior en el que, como en un juicio, se plantearán acusaciones, defensas, pruebas circunstanciales, sospechas, dudas mas o menos razonables. Este juicio no acabará nunca porque el abogado de la acusación y de la defensa son igual de buenos, ambos son tú mismo, y el juez también lo es.
En esta vida (y más para un celoso) todo se puede ver desde varias perspectivas. Por ejemplo: Acabas de confesarle a tu mujer que hace unos meses fuiste a un club de alterne, un mal día en el que estabas enfadada con ella. Fue algo tonto e irrelevante que ni siquiera disfrutaste y que te hizo sentirte muy mal contigo mismo los siguientes meses. Tu mujer te arma un pollo monumental, pasais la noche en vela, te amenaza con que se acostará con el primero que le de la oportunidad, que os vais a separar, que eres un cabrón y que le has decepcionado.... La leche!!
A la mañana siguiente te dice que te perdonará pero que no lo olvidará y que quiere que hagáis el amor.... YA ESTA EL JUICIO EN MARCHA: El defensor dirá “mira que buena es, después de lo que le has hecho y te perdona. Sin duda alguna se da cuenta de que no te ha hecho mucho caso últimamente, que no ha sido cariñosa y por eso tu cometiste ese error. Se siente culpable. Es una mujer maravillosa y quiere que le hagas el amor para superar lo que ha pasado”. La acusación alegará: “Que sospechoso que después de las amenazas de ayer hoy quiera hacer el amor, sin duda le remuerde la conciencia, seguro que ella me ha sido infiel anteriormente, quizá durante el noviazgo, o ya de casados, o a lo mejor me mintió cuando al empezar a salir me confesó que era virgen... y se siente mal por ello. Ayer reaccionó a la defensiva pero en el fondo de su conciencia sabe que es tanto o más culpable que yo, por eso ahora me perdona tan rápidamente”. Ambas percepciones son igual de razonables desde un punto de vista lógico, ambas podrían ser verdad por lo que, al pesar lo mismo, las dos quedarán dando vueltas alrededor de tu cabeza sin que ninguna de ellas caiga. Estos son los celos paranoicos, donde no hay una realidad pero todo puede ser sospechoso: ¿por qué sale a esta hora? ¿por qué se viste así? ¿por qué tiene estos teléfonos en la agenda?

Por otra parte, debo apuntar también el tipo de celos que pueden padecer los hombres, la raíz del por qué se crean (sin ánimo de discriminación ninguno y desde el respeto). Creo que, a los hombres muchas veces no es el hecho de que su mujer esté con otro en sí, sino del desvalor que ello conlleva, de humillación. La gran mayoría de hombres (es un apunte a modo general) si se imagina a su mujer acostándose con un hombre puede volverse loco y sin embargo, si la imagina con otra mujer en la cama puede llegar a sentir incluso morbo. Quizá no le importaría tanto que tuviera una amante, pero no un amante. Por tanto los celos no tienen nada que ver con que tu mujer pueda querer a otra persona, disfrute del sexo con otro o simplemente tengas que compartir su corazón con otro ser humano. En este caso, tienen que ver con el instinto varonil que te impulsa a ser el mejor, el macho alfa, el semental de la tribu y no podéis permitir que otro macho invada el territorio e insemine a vuestra hembra. Ante esto, de nada sirve miles de años de civilización, años de educación y estudio, salta la bestia que lleváis dentro y ante eso no hay nada que hacer, podrán reprimirla de nuevo pero no evitan que siga viva. Otra de las cosas que puede reforzar esta teoría es la comparación. Si uno hubiera sido un ligón, se hubiera acostado con muchas mujeres o siguiera haciéndolo, creo que no se sentiría tan humillado en caso de una infidelidad de su mujer, porque por decirlo de alguna manera ya se habría cobrado el precio por adelantado: “ella lo ha hecho pero yo lo he hecho antes y puedo seguir haciéndolo”. Pero si nunca te has comido una rosca, si la única mujer con la que has estado es tu mujer, su infidelidad es demoledora para tu ya maltrecha autoestima: “ella lo ha hecho cuando ha querido”. Creo que una mujer que esté medianamente bien lo tiene mucho más fácil para ligar que un hombre. Si una mujer le va a un amigo contándole que su marido le ha sido infiel y que por ello quiere acostarse con él, lo más probable es que éste acepte. Sin embargo, si un hombre llama a la puerta de casa de una amiga para pedirle que se acuesten juntos, ella le mandaría al psicólogo,... o a la mierda.

Otro curiosismo de la naturaleza (dice ser más sabia que el humano) se vive en el mundo de las sepias. Sí, sí, este tipo de calamar que seguro alguna vez habrás probado. Cuando fecundan a una hembra, introducen en su interior un saquito de semen. Si esa hembra es posteriormente fecundada por otro macho, éste antes de nada lo primero que hace es quitarle el saquito que dejó el anterior macho. Curioso, ¿verdad?

En definitiva, siempre pensarás y te torturarás con la idea de que ese rival es mejor que tú, que tú eres una mierda y no vales nada y que tu mujer le desea más a él. Pero TODO está relacionado contigo y tu autoestima. Una personalidad débil, instintos primitivos y dudas (la mayor parte de las veces infundadas) hasta insultos hacia tu pareja a la que terminas tratando como a una puta aunque no lo merezca y culpabilizándola de algo que tan sólo sospechas o temes que podría llegar a pasar, todo ello es lo que le caracteriza a un enfermo de celos.

Mareos, falta de apetito, constante mal humor, tensión interior, malestar general, nervios, ausencia de sueño...

¿Merece la pena pasar por esto cuando quizá tu mujer sólo tenga ojos para ti?

Pues después de todos estos razonamientos, tengo que reconocer que he seguido perdiendo el control y no he podido evitar sentir unos celos terribles que me han llevado a presionar a mi pareja con preguntas estúpidas que hacían que terminásemos cabreados.